A mi y a mi pareja nos ha dado por quitar el odioso gotelé que nos dieron con la casa en la habitación de nuestr@ baby , y aunque nos ha costado menos de lo que creiamos, tampoco ha sido moco de pavo.
Digo yo que tampoco habremos salido muy escarmentados, porque vamos a ponernos manos a la obra en nuestro dormitorio jajaja, el salón y poco a poco INVASIÓN !!. La verdad es que es un trabajo algo costoso para el estado en que estoy, pero alguien tiene que hacerlo, ¿no?
Ha sido una odisea, equipados como si hubiesemos salido de La Invasión de los ultracuerpos, sólo nos faltaba la mascarilla. La historia en sí consiste en mojar hasta la saciedad la dichosa gota de gotelé, una y otra vez, y después con mucho cuidado pasarle una espátula para cargarnosla del todo. Con una simple esponja vegetal también saliá y quedaba lisito, pero según mi pareja el resto de temple que quedaba haría clarear la pintura posterior, así que a por el temple también, espátula en mano, al ataquerrrrrrrrrrr!! Ahora en cuanto nos digan el sexo de nuestr@ baby, decidiremos la decoración final. Que ilusión, hubo un momento en mi adolescencia en que siempre soñé con este momento, decorar la habitación de mi primer hijo, que raro resulta cumplir deseos, se acostumbra una muy rápido.